miércoles, 23 de septiembre de 2020

¿Es la pandemia por COVID 19 un punto de inflexión hacia un nuevo paradigma ambiental?

 

La pandemia por la COVID 19 ha significado una parada en la vida de las personas alrededor de todo el planeta, no solo se paralizaron nuestras actividades cotidianas y la economía a nivel mundial sino también muchos hogares se vieron enlutados al perder a sus seres queridos.

Sin embargo, algo que no paso desapercibido fueron los signos de “limpieza ambiental” detectados en los días de cuarentena. Debido a la ausencia de personas y por ende de medios de transporte motorizados, pudimos observar una gran mejora en la calidad de aire, las playas llenas de aves e incluso animales cuya presencia pasaba desapercibida, como delfines cerca de las costas. El caso no fue el mismo para los residuos sólidos, dado que el avance que se venía teniendo respecto a la prohibición de plástico de un solo uso en nuestro país se vio de alguna forma postergada por medidas de higiene y prevención.

El escenario pre-pandemia

Es sabido que con la industrialización el consumismo se ha ido imponiendo como un modo de vida, donde se tiene la falsa ilusión de “mientras más tienes más feliz eres”. Para poder tener todo aquello que consumimos necesitamos grandes cantidades de recursos naturales que son extraídos y procesados por industrias primarias y secundarias, en ese afán se destruyen ecosistemas como bosques, ríos, lagunas y otros hábitats de múltiples especies. Y además en el procesamiento para la producción de los distintos productos se generan una serie de aspectos ambientales, como emisiones atmosféricas, residuos sólidos y vertimientos. Estando el tema de emisiones atmosféricas relacionado con el infame cambio climático.

En cuanto a la basura que generamos, en el mundo somos aproximadamente 7 700 millones de personas y entre todos producimos más de 2.100 millones de toneladas de desechos de los cuales aproximadamente el 16% es reciclado. Otro tema relevante en las últimas décadas es el crecimiento de las ciudades, la concentración urbana que agudiza otros temas como el  estrés hídrico  y el trafico en las ciudades debido al incremento del parque automotor y por ende el impacto en la calidad de aire debido a la emisión de material particulado y otros gases atmosféricos.

¿Han cambiado las cosas?

Como explicábamos líneas arriba los días de cuarentena significaron una mejora en la calidad atmosférica, para muchas personas fue una toma de conciencia sobre el rol de los ecosistemas, además el estar en casa fue una oportunidad para algunas personas para poder empezar a cambiar sus hábitos, por ejemplo, en cuanto a la separación de sus residuos en casa, o tomar conciencia de la cantidad de residuos que producen.

Sin embargo, a nivel mundial hay una gran preocupación sobre la generación de plástico donde a la lucha por una minimización en el uso de bolsas de plástico y sorbetes o cañitas, se agregan los guantes, mascarillas y protectores faciales, los cuales se han convertido en un gran problema ambiental. Además, una vez levantado el periodo de cuarentena, el tráfico en las ciudades ha vuelto a ser el mismo, lo que denota la necesidad de repensar la forma como estamos viviendo.


                                               Playa Agua Dulce en Lima durante cuarentena. Fuente: Twitter


Rumbo a la nueva “normalidad”

No nos cabe duda de que el coronavirus tiene una baja mortandad en comparación con otras enfermedades infecciosas, esta ha sido una de las peores epidemias de los últimos años dada su alto grado de contagio, y no sabemos con certeza cuándo podremos regresar a la “normalidad” y si sería recomendable buscar dicha recuperación imitando nuestras conductas antes de la pandemia, ya que la vida como la conocíamos incluía una serie de prácticas que impactan negativamente al ambiente y que están de alguna forma relacionada con pandemias como esta.

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